viernes, 26 de diciembre de 2014

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En nuestra Intitucion brindamos las siguientes especialidades:

  • Terapia del Aprendizaje
  • Terapia Familiar
  • Terapia del Lenguaje
  • Estimulacion Temprana
  • Robotica
  • Musica
  • Canto
  • Ballet

martes, 30 de abril de 2013

Cómo estimular el lenguaje del bebé?

Lo primero que debemos tener en cuenta al hablar del lenguaje es que éste pasa por todo un proceso, inicialmente el bebé sólo usará el llanto para manifestarse, así puede "decir" cómo se siente, o qué necesita, luego empezará con la emisión de sonidos (gorjeo-gggggg), de ahí pasará a la repetición de sílabas (balbuceo-babababa,tatata,papapa,mamamama) que darán pie a la formación de palabras (primeras palabras, que generalmente son: mamá, teta) que terminan formando composiciones a las que denominamos frases u oraciones, las cuales irán creciendo su estructura conforme vaya adquiriendo mayor vocabulario.

Todo este proceso de adquisición del lenguaje dura hasta los 6 años aproximadamente, algunos niños pueden culminarlo antes y otros pasada esta edad, debido a que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, el cual debemos comprender y respetar, entonces, se debe evitar compararlo con otros niños. Ni siquiera entre hermanos el desarrollo es el mismo, es común escuchar “pero su hermanito(a) mayor habló rápido” o que por el contrario demoró más que el menor.

De acuerdo a los autores que hablan acerca de los “Periodos Críticos o Sensitivos”,  refieren que existe un momento que debemos aprovechar para estimular al niño en un tema específico porque es cuando se encuentra más apto para asimilarlo. En el caso del lenguaje este periodo se da entre los 12 y los 24 meses, lo cual concuerda con la etapa en la que el niño comienza a hacer mayor uso de su lenguaje.

Es entonces cuando debemos ofrecer al bebé los estímulos necesarios para desarrollar su lenguaje. Los recursos que se utilicen para este propósito serán diversos, entre éstos tenemos las canciones, los cuentos, los títeres, las tarjetas, los cubos de imágenes, entre otros. Sin embargo, el truco radica en la manera cómo hagamos uso de todos estos recursos.

A continuación les ofrecemos algunos juegos que podrá poner en práctica con su bebé haciendo uso de algunos de los recursos mencionados:

Canciones
Las canciones podrán usarse para dar inicio a una actividad como comer los alimentos, trabajar con las manos, ordenar, la hora del baño o la hora de dormir. También se pueden entonar cuando salen de paseo, visitan a alguien o mientras juegan.
Es un recurso muy rico que se puede aprovechar en distintas situaciones. Además ayudan a trabajar la atención del niño, desarrollar su percepción y discriminación auditiva, expresarse con libertad, así como jugar con la voz emitiendo tonos altos, bajos, graves, agudos, lentos y rápidos.
 
Cuentos
Los cuentos inicialmente estarán más lleno de imágenes que de palabras porque el objetivo es incrementar el vocabulario del niño a través de la descripción que le demos acerca de lo que ve. Poco a poco aparecerán frases cortas de dos o tres palabras que acompañan a la imagen que conforme va aumentando el texto ésta se va reduciendo.

Con los cuentos podemos acompañar actividades como la hora de comer o la hora de dormir, a través de ellos los niños aprenden acerca de los valores, trabajan la atención y concentración, reconocen diferentes personajes, incrementan su vocabulario, desarrollan su creatividad.
 

Títeres
Los títeres son para el niño un recurso muy significativo, porque le permite expresarse no sólo de forma oral sino también emocional, a través de los títeres el niño representa situaciones cotidianas y personajes, le permite jugar con su voz al darle vida a los títeres, socializa con las personas que se encuentran en su entorno.

Además de todo lo antes mencionado, los títeres también son un recurso que favorece el desarrollo del área emocional porque el niño llega a identificarse con un personaje a través del cual manifiesta sus emociones, ideas y deseos que cotidianamente no se atreve a decir.

Todos estos recursos, como se puede observar, no sólo favorecerán el desarrollo del lenguaje del bebé sino que logrará un desarrollo integral.

 

Los hábitos que adquiere tu niño a los 2 años

A partir de los 2 años, es importante que empieces a crear hábitos en tus niños. Los hábitos los puedes crear con rutinas y a través de tu ejemplo. No puedes pretender que tu niño lave sus manos antes de comer si en casa no lo hacen así. Recuerda que los niños imitan lo bueno y lo malo. Frecuentemente tenemos consultas de los padres, que quieren enseñar a sus niños a ordenar o a limpiar, pero a los 5 o 6 años, cuando sus niños se acostumbraron a dejar sus juguetes tirados y que sea el personal de servicio, los padres o los abuelos los encargados de recogerlos.
Lo que separa a un bebé de un niño es la autonomía, que aproximadamente a los 2 años empiezan a tener. Ya tienen un lenguaje que les permite manifestar incluso de manera sencilla lo que les agrada y lo que no, y entienden muy bien los mensajes de sus padres.
Los hábitos también pueden lograrse con canciones, o haciéndolo ver un juego. Es indispensable que repitas esto todos los días.
Si tu niño se enferma o viaja, es probable que debas volver a empezar de nuevo, debido a que está en el proceso de aprender.
A continuación te brindamos algunos hábitos que tu niño logrará a sus 2 años, si se dan las condiciones adecuadas:
  • Comida: Aprenderá a comer a la misma hora todos los días. Logrará sentarse en su silla, e intentará comer empleando la cuchara, sin tirar la comida, o ver televisión.
     
  • Aseo: Logrará lavar sus manos solo y secarlas antes y después de comer, luego de ir al baño, aprenderá a cepillar sus dientes.
     
  • Orden: Enséñale a no rodearse de juguetes, brindándole el que desea, y ayudándole a guardar (dale el ejemplo y luego le pides que lo haga solito). Si desea otro juguete, que guarde el que tenía y saque el nuevo. Y que cada cosa tiene su lugar.
     
  • Sueño: Ya desde antes del primer año es que debes acostumbrar a tu bebé a dormir a ciertas horas, para ello debes tener algunas condiciones como bajar todos los sonidos, televisión, radio, computadora, atenuar las luces, y seguir una rutina de baño. Evita jugar con él si despierta de madrugada.
     
  • Autonomía: A esta edad logra  coger la cuchara para empezar a comer, se desviste y viste solito, colabora cuando lo bañan, se lava las manos, cara y dientes sin dificultad.
     
  •  Socialización: Enséñale con tu ejemplo a decir "por favor" y "gracias", cuando necesite algo, que las cosas no se piden gritando, que se habla pero no se grita. También puedes emplear títeres, cuentos o aprovechar algún episodio en la Tv de sus personajes favoritos.
Consejos para los padres:
  • No usar el "no".
  • Animar a su niño.
  • Emplear frases como "tú puedes", "eres un campeón".
  • Ayudarlo y acompañarlo pero no hacer las cosas por él.
  • No subestimarlo ni sobreprotegerlo

lunes, 10 de diciembre de 2012

BENEFICIOS DE APRENDER MUSICA DESDE NIÑOS

A los niños y bebés no se les debe limitar a escuchar exclusivamente canciones de cuna, porque también tienen capacidad para disfrutar y recordar música clásica. Escuchar distintos tipos de música, les ayudará a aprenderla, a reconocerla y a disfrutarla.


En general, se recomiendan canciones de letras sencillas y repetitivas que incluyan onomatopeyas y canciones infantiles para bailar. Sin embargo, no es conveniente restringir el acceso a la música al niño, está comprobado que los bebés y los niños son muy receptivos a música clásica de fácil estructura y de corta duración.

Puedes cantar al bebé, dar palmadas en sus manos o enseñarle cómo puede dar el también palmadas. Esto le ayudará a aprender los ritmos y la diferente cadencia de la música. El niño ha de entender que la música es una fuente de diversión.

La educación musical temprana, que comienza en niños de 2 a 5 años, tiene como objetivo el descubrimiento y desarrollo de las capacidades expresivas, musicales y psicomotoras del niño, que permitan posteriormente la elección de un instrumento musical, según sus preferencias y aptitudes.
En la mayor parte de escuelas de música, los niños comienzan desde edades tempranas con la iniciación musical. Aprenden a hacer ritmos con la voz o con partes del cuerpo, aprenden cuándo una nota es alta o baja y, aprenden a escribir o a reconocer las notas musicales mediante juegos.
De una forma general, los profesores de música para niños trabajan con:
  • El desarrollo de la voz
  • El contacto con las fuentes sonoras a través de materiales diversos: objetos e instrumentos.
  • El reconocimiento y la representación del sonido respecto a su duración, intensidad, altura, timbre, etc.
  • El desarrollo de la percepción auditiva 
  • La utilización del movimiento como medio de expresión y sensibilización motriz, visual y auditiva, para conocer el propio cuerpo, desarrollar el sentido rítmico y fomentar las relaciones sociales.
A partir de los 6 años, en la mayor parte de las escuelas de música suelen pasar de la iniciación musical a la formación musical en la que el niño toma contacto con el instrumento musical.

RECORDANDO LOS DERECHOS DEL NIÑO


Como escuchar y hablar con un niño


Sabemos lo importante que es la comunicación en cualquier relación, así que con los niños no va a ser menos.
Los adultos necesitamos saber que es lo que piensan y sienten nuestros pequeños, sobre todo, para poder ayudarlos en momentos de crisis. Y que aprendan a escucharnos para que sepan lo que se les dice. Pero los niños no nacen sabiendo cómo expresar sus sentimientos ni lo que les ocurre de una manera adecuada.


Aquí van algunas ideas de cómo deben escuchar los padres o adultos para que el niño hable:
  • Muchos adultos repiten las mismas cosas una y otra vez, y además, cada vez más fuerte. Acordaros: con los niños es mejor hablar en voz baja y explicarles que sus acciones conllevan una consecuencia real.
  • A veces, sólo empleamos las palabras para comunicarnos con el niño y no caemos en la cuenta en que quizás estén en una etapa demasiado temprana para entendernos. Tened en cuenta que: los niños pequeños responden mejor a formas directivas que a discursos interminables. Necesitan mucha estructura.
  • Los adultos deben escuchar también lo que el comportamiento de los niños dice. Tenemos que convertirnos en expertos en leer el cuerpo de nuestros pequeños y adolescentes.
  • Hay que ayudar a los niños a definir sus sentimientos y emociones. Por ejemplo, cuando tiren un juguete por que están enfadados por algo, decirles: entiendo que estés molesto cariño pero dímelo y yo te ayudaré a resolverlo de otra forma.
  • Hay que dedicar tiempo para hablar y escuchar a los niños. Es cierto que los adultos andamos muy ocupados y vamos con prisas a todos lados pero lo niños tienen otro ritmo, necesitan tiempo y atención para poder expresarse. Es fundamental tener muchas conversaciones con los niños y adolescentes, ya que aquí la calidad no compensa la cantidad. Ya que una buena conversación no recuperará años de silencio.

Por otro lado, ¿cómo se debe hablar al niño para que la comunicación sea más efectiva?
Es cierto que en ocasiones es complicado encontrar un momento para hablar con el niño, pero es esencial para construir una buena comunicación.
Es igualmente importante, mantener conversaciones individualizadas con el padre y con la madre en el caso de una familia.
Los siguientes pasos pueden servir de orientación para mantener la comunicación con el niño:
  • Decidan momentos para hablar. El niño, por norma general, da pistas de cuando les apetece hablar, de manera verbal y con su comportamiento. Es importante escucharlos en ese mismo instante, sobre todo, si son niños pequeños pero si no se puede, queden a una hora del día donde se puedan dedicar unos minutos a escuchar tranquilamente al niño.
  • Se debe prestar la máxima atención. El niño debe sentir que es el único en el mundo, por lo tanto, no se debe de estar haciendo otra cosa, no atender a otro miembro de la familia o niño y estar en un lugar silencioso y privado.
  • El adulto debe iniciar la conversación. A veces, cuando los niños quieren hablar les cuesta mucho arrancar. Los adultos pueden iniciarla o simplemente, sentarlos cerca, abrazarlos durante un rato y esperar tranquilamente a que empiecen.
Se les puede decir frases como: “Cuando llegaste del cole te vi un poco triste, ¿te gustaría contarme que ha pasado cariño?”. Si el niño confirma que le ha pasado algo pero que ahora no quiere hablarlo, debe saber que habrá tiempo para decirlo más tarde, cuando esté preparado.
  • Mantener la conversación activa. Los adultos solemos dar consejos, prestar enseguida ayuda e incluso, darles un discurso sobre el tema. Hay que resistir la tentación. A veces, simplemente se trata de escucharlos.
También se les pueden hacer preguntas que incremente su confianza, por ejemplo, “Ah y ¿entonces qué hizo?” o “¿Y qué te dijo?”. Y afirmaciones de apoyo que muestren comprensión, como: “Seguro que eso te enfadó mucho” o “A mi me hubiese puesto muy triste”.
El niño sentirá que se le escucha cuando el adulto repita lo que ha dicho o se lo interprete, con frases como: si el niño dice “Pepito me pegó”, el adulto puede repetir: “¡Cómo!, ¿Pepito te pegó?” o se les puede comentar: “Jo, pues siento Pepito tu mejor amigo, seguro que te molestó especialmente que él te pegará, ¿verdad?”.
  • Se aprecia lo que comparte. Se le debe hacer saber al niño que es muy importante que haya decidido hablar con nosotros de sus cosas, que todo lo que nos cuenta es fantástico. Como por ejemplo, abrazándolo y besándole o diciéndole: “Seguro que te ha sido difícil hablar de esto, gracias por contármelo”.
IDEAS DE COMO HABLAR con los más pequeños son:
  • Siempre comunicarme con ellos mirándoles a los ojos.
  • Hablarles con voz sosegada y firme.
  • Utilizar afirmaciones en lugar de preguntas cuando quieras que hagan algo. Por ejemplo evitar: “¿Ana quieres recoger tu cuarto ya?”. Es importante indicarles exactamente lo que tienen que hacer, cuándo, dónde y cómo.

  • Emplear con ellos frases muy sencillas y cortas.
  • Decirle al niño lo que se piensa y siente. Los niños son expertos en leer el lenguaje no verbal de los adultos, sobre todo, de sus padres. Así que es crucial explicar al niño las emociones que producen en nosotros sus acciones o actitudes en lugar de corregirlos o criticarlos directamente.